Cómo superar la procrastinación cambia todo sobre las tareas domésticas

¿Cuántas veces se han amontonado los platos en el fregadero y has pensado “los lavaré más tarde”? Y cuando llega el más tarde, piensas: "Los haré a lo largo de la mañana". La respuesta, obviamente, se repite un millón de veces. Esto se llama procrastinación y todos lo hacemos. Pero, ¿y si te dijéramos que hay un ingenioso truco mental que hace que incluso tus tareas más irritantes sean algo muy fácil?

Los diferentes tipos de procrastinador

Hacer cualquier cosa que no sea lo que necesitamos hacer es tan común que los expertos han categorizado diferentes tipos de procrastinadores. Por ejemplo, están los perfeccionistas, que no comienzan una tarea porque les preocupa que los resultados no cumplan con sus altísimas expectativas. Luego están los rebeldes, que rechazan a cualquiera que les diga cómo actuar, incluso si esa persona son ellos mismos.

La regla de los tres minutos

Así es, a menudo somos nuestros peores enemigos. Esta es la razón por la que la regla de los tres minutos es tan revolucionaria, ya que nos ayuda a luchar contra nuestro deseo muy natural de no hacer nada. El truco de esto también es tan simple que cualquiera puede aplicarlo, y se puede aplicar a muchas situaciones dentro y fuera del hogar. Los resultados pueden ser transformadores.

La otra regla de los tres minutos

Antes de continuar, sabemos lo que está pensando: ¡hay más de una regla de tres minutos! Brant Pinvidic, un productor de Hollywood, escribió un libro sobre el tema. Su regla de los tres minutos consiste en reducir las ideas a un discurso de tres minutos que transmita todo lo que quieres que transmita. Si bien esta idea puede ser útil para guionistas, no hablamos de esto aquí.

No a la regla de cinco segundos

Tampoco lo es la regla de los cinco segundos, que se refiere al tiempo que un trozo de comida puede permanecer en el suelo y seguir sirviendo para comer. Todos lo hicimos cuando éramos niños: si se te cae una patata frita pero la recoges en esos cinco segundos, ¡no pasa nada! Pero como adultos, nos hemos dado cuenta de que esta regla podría ser un poco asquerosa.