Los estadounidenses puede que no sepan de los misteriosos objetos escondidos en estos monumentos

La Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn, el Monte Rushmore...probablemente los reconocerá todos. Estos lugares emblemáticos están por todas partes. Incluso si tienes la suerte de haber visto uno de ellos, puede que no sepas los secretos de su interior. Pero ha llegado el momento de sacar a la luz los espacios secretos, los lugares ocultos y las peculiaridades que se esconden en algunos de los monumentos más legendarios de Estados Unidos. Así que, la próxima vez que vayas, recuerde echar un segundo vistazo.

1. Los apartamentos secretos de las bibliotecas públicas de Nueva York

Detrás de las estanterías de muchas bibliotecas públicas de la Gran Manzana hay una serie de apartamentos abandonados que en su día albergaron a los vigilantes de las bibliotecas. En una época anterior a la calefacción central, estas instituciones necesitaban asistencia las 24 horas del día para mantener las brasas encendidas, los libros calientes y la fuerza decadente de la humedad.

Fantasma del pasado

Hoy en día, estas dependencias descuidadas siguen ocultas tras las paredes de las bibliotecas. Los paneles descascarillados y el yeso podrido que se aferra a los viejos teléfonos giratorios pintan una imagen de cómo era la vida en los apartamentos. Y en 2016, Atlas Obscura informó de que 13 viviendas siguen ocultas entre las sombras de las bibliotecas de la ciudad.

2. La bolera enterrada de la Frick Collection

En el sótano de una de las colecciones de arte más célebres de Nueva York hay una obra muy extraña. Bajo las paredes adornadas con arte de la Frick se encuentra, sin que la mayoría lo sepa, una bolera ornamentada. Encargada en 1914 por uno de los industriales más exitosos de Estados Unidos, Henry Clay Frick, este lujoso espacio se terminó de construir dos años después.

Solo para tus ojos

Las bolas de dos agujeros se hacen girar por pistas de pino lisas y se recuperan utilizando sólo la mano de la gravedad en un artilugio de bucle. La bolera, exquisitamente decorada, se terminó de construir en 1916, pero un incendio obligó a cerrarla. Y a pesar de haber sido renovada 81 años después, la sala sigue en gran parte olvidada y seductoramente congelada en el tiempo.